
Sabemos que Jesús desea acercarse a los preadolescentes, adolescentes y niños, con la fuerza de su amor, tomarlos de la mano, sacarlos de toda posible postración e invitarlos a caminar por las sendas de la vida. Nosotros nos proponemos ayudarles a encontrar en Él, una fuente de vida plena que, a su edad y en su situación vital, les permita seguir madurando como personas creyentes. El proceso cristiano de maduración supone movilizar toda la persona en la búsqueda de sí mismo, de los demás y de Dios, tomando en esa búsqueda a Jesús como el camino, la verdad y la vida.
Este movimiento lo hace posible el Espíritu de Dios, en cuya acción sobre los hombres coopera María con amor de Madre. Así pues, con este proyecto nos sentimos colaboradores del Espíritu y de María. El objetivo de nuestro trabajo es, por lo tanto, hacer acontecer el Reino de Dios en niños, niñas, adolescentes y jóvenes; desde la formación, el arte y la cultura, y los valores del Carisma Marianista.
De allí que buscamos vivir...
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Convencidos de la presencia de Dios entre nosotros, que actua y nos impulsa a darle sentido a nuestra vida.
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Espacios significativos donde la Oración y el encuentro fraterno se conviertan en pilares fundamentales para crecer en el conocimiento de Jesús.
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Un año de misión permanente que nos permita salir de nosotros mismos para llevar la Buena Noticia de Jesús Misericordioso.
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La formación, planeación y ejecución de las actividades propuestas; salidas y retiros espirituales que oxigénen nuestros procesos formativos.
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perdonar y aceptar al otro más allá de nuestras incapacidades, miedos o debilidades.
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El compartir de nuestro tiempo y nuestra vida con aquellos que más lo necesitan.
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Como jóvenes y niños comprometidos con la construcción de la Paz, el respeto y el reconocimiento del otro, y de lo otro.